¿Por qué no debería quejarme?
No quejarse no quiere decir que tengamos que ser conformistas, ni que no podamos aspirar a más. Y percibir los problemas ajenos como ‘‘mayores’’ o más graves que los propios tampoco hace que no tengamos derecho a quejarnos.
El concepto espiritual por el que no deberíamos quejarnos es porque entendemos que Hashem (Di-s) no se equivoca, y que nunca nos abandona. Cada situación que atravesamos fue diseñada específicamente para nosotros por Hashem.
Aunque la mayoría de las veces no entendamos los motivos ni encontremos explicaciones para las cosas que nos pasan, somos nosotros los que no sabemos: Hashem sí sabe, y en Él confiamos.
Cada persona tiene exactamente lo que necesita para cumplir con lo que se espera de él en determinado momento.
Y eso entendía Moshi: él no se quejaba, pero no porque era simple, ingenuo o conformista.
No se quejaba porque entendía que todo era de Hashem y que estaba con él en todo momento.
Entonces, no le hizo reclamos de ningún tipo. Nunca.





Si tenés fiaca (pereza) de ir a un shiur, o de hacer tefilá: intentá no quejarte. Inspirate en Moshi, quien trataba de ir a la Ieshivá (centro de estudios) aun cuando le costaba caminar, aun cuando se caía en la calle. Y no se quejó.

La inspiración
Moshé Jaim Michanie tuvo que aprender a caminar tres veces en su vida, porque debió atravesar cirugías que le dificultaron la movilidad. A los cinco y once años volvió a aprender lo que la mayoría de las personas deben aprender una sola vez, cuando son chiquitos: a poner un pie delante del otro, y avanzar. Sin embargo, a pesar de la aparente falta de equilibrio, Moshi no tambaleaba: sabía que cada una de esas veces estaba caminando con Hashem. Avanzaba, y no se quejaba.
Campaña
La campaña ‘‘No me quejo’’ está inspirada en Moshi. La idea es que cada vez que estemos por quejarnos podamos detenernos, reflexionar que lo que nos está pasando también es de Hashem y que por ende es perfecto para nosotros, y decidir no quejarnos. Y hacerlo leilui nishmat (para la elevación del alma de) Moshé Jaim ben Naomi, quien entendió desde muy chico lo que a nosotros tanto nos cuesta.
Así, lo que queremos juntar son 5845 ‘‘no quejas’’: una por cada pasuk (versículo) de la Torá. Pensamos que la mejor manera de honrar y seguir aprendiendo de Moshi es ejercitar el deporte en el que él era campeón: la no queja. La Emuná (fe).
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